domingo, 28 de abril de 2013

LOS AMORES DEL PASADO


      Nunca he podido olvidar las relaciones que tuve. A pesar que fueron muchas más de las que hubiera deseado, todas ocupan un lugar privilegiado e mi memoria. Las hubo duraderas a través de los lustros oxidados, efímeras de unos pocos minutos relucientes,  platónicas de difícil solución y reales; tan reales que aún mi cuerpo se estremece cuando pienso en la dulzura de su sexo.        

     Mi corazón quedó siempre dañado cómo en un tango arrasador,  afortunadamente ha soportado, engaños y venganzas,  traiciones y desvelos,  seducciones y hastíos; emociones a raudales que se almacenan en este músculo tan fuerte que palpita en mi pecho y que aún se emociona cuando mira a una simple flor de primavera.

     El video de esta entrada no está a la altura de mis anteriores video-poemas, no sólo porque lo estoy  haciendo en pijama y con la mano izquierda, sino por que vuelvo a colgar un Tango, cantado por mi, en una red social; cosa que según algunos, ha dañado seriamente mi imagen literaria. Me río yo de la imagen literaria que tuve y de la que tendré. ¿Pero es que todavía no nos damos cuenta de la penosa situación que atraviesa la Poesía en este País de rentabilidades best-sellarias.?.

     Yo no puedo hacer otra cosa que divertir un poco a mis amigos más cercanos, con el debido respecto que guardo a las artes que no domino y a los artistas que se dedican seriamente a ello. Tal vez, si debería hacer caso a alguno de los más cercanos y dedicarme en exclusiva a un sólo modo de expresión artística, pero es que yo no soy así, no puedo dedicarme por entero a algo o a alguien. Yo quiero seguir siendo el adolescente controvertido que salió del pueblo y que cantaba medio borracho en las tabernas, mientras componía versos y pintaba los ojos y las bocas que deseaba poseer…  Yo mismo me doy miedo, al ver el señorón en el que me he convertido, no estoy orgulloso de lo que hago, ni tampoco de mi vida, pero si pudo gritar a los cuatro vientos que todos lo que he hecho, rebosa integridad conmigo mismo y el respeto más absoluto, con todas aquellas personas que se han acercado a mi vida de alguna forma.
      Reíros por tanto con este tango, llorad si queréis al mismo tiempo, cantadlo conmigo, incluso tirad un pedorreta cuando termine, pero por favor no seáis insípidos ni indiferentes que son dos adjetivos despreciables que enseguida se cuelgan algunos, cuando empiezan a destacar en algo y quieren distanciarse de la plebe. 




         

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