martes, 11 de noviembre de 2008

HACE MUCHO TIEMPO


Hubo días del pasado
en los que se derramaba el sexo en sus rincones,
días en los que un simple cruce de miradas
sellaban pactos casuales y efímeros...

los trenes vomitaban a los andenes
oleadas de cuerpos dispuestos para el placer.
Una mirada, una sonrisa, un guiño
y la brisa aciaga del Tajo moribundo
destapaba los secretos ocultos de los hombres.

Junto al mercado da Ribeira
la carne se vendía a precio de saldo,
entre manojos de grelos y verduras
el placer se derramaba entre efluvios de purín
y aromas frescos a frutas de las colonias.

Hoy ya no queda nada de estos versos,
el tiempo y el progreso lo han borrado para siempre,
los tranvías amarillos con asientos de tablillas,
la inmundicia pestilente del mercado
y los servicios del centro de la plaza.

Verano de 1988, Cais do Sodré
Lisboa

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